La doble entrada tan característica de la juguetería española Imaginarium, formada por una puerta grande seguida de otra pequeña para niños, bien podría simbolizar su historial bursátil.

La compañía empezó a cotizar en marzo de 2010 bajo el ticker IMG.MC, tocó mínimos históricos y, desde entonces, ha ido bajando de forma casi constante hasta alcanzar, actualmente, una caída del 94,38%.Esta descomunal sucesión de suelos, que dura ya más de siete años, no solo ha originado grandes pérdidas a muchos inversores que no salieron a tiempo, sino que también es el reflejo de la incapacidad de esta empresa por sanear sus cuentas, quizás por falta de innovación.

Hace unos días, conocíamos la noticia de que la compañía presidida por Félix Tena, que adeuda 40 millones de euros y cuyo patrimonio neto está por debajo de su capital social, está a punto de quebrar y ha pedido un segundo rescate a su pool bancario (CaixaBank, Santander, Sabadell, BBVA y Bankinter). El primero se produjo en julio de 2015, cuando Imaginarium acordó con los bancos una refinanciación de su deuda por un importe de 37,1 millones de euros. Entonces, sus acciones en bolsa ya habían caído cerca de un 80%.

Sin embargo, ese primer rescate no impidió que acabaran aquel ejercicio fiscal en números rojos. La razón que dio la empresa entonces fue que el resultado se había visto afectado por la fluctuación de las divisas de los distintos mercados en los que Imaginarium tiene filiales (principalmente, Turquía, Israel y Argentina). El tiempo y los gráficos han demostrado que este argumento es insuficiente.